Las válvulas de mariposa neumáticas controlan la posición de la válvula a través de un actuador neumático. El actuador neumático recibe la señal neumática del sistema de control y controla la apertura y el cierre de la válvula controlando la entrada y la salida de la fuente de aire. Cuando la señal de la fuente de aire se envía al actuador neumático, la presión de aire dentro del actuador neumático actuará sobre el vástago de la válvula para hacer que gire, cambiando así el grado de apertura de la válvula. La rotación hacia adelante puede hacer que la válvula se abra, la rotación inversa puede hacer que la válvula se cierre. Cuando la válvula está abierta, el fluido puede pasar a través de la válvula sin problemas, logrando la suavidad de la tubería. Cuando la válvula está cerrada, la aleta de la válvula está en contacto con la superficie de sellado, evitando que el fluido pase a través. Al controlar el grado de apertura de la válvula, se puede ajustar el flujo de fluido en la tubería para lograr el control y la regulación del flujo.